Jessi, Jenny & John transita el universo romántico a bordo de lo patético y lo desopilante. Y ofrece el primer guiño con un prólogo musical. Este es ejecutado con gran delicadeza por un guitarrista en vivo quien, con toda la apariencia de un jazzman, nos envuelve en un popurrí de canciones que son en realidad éxitos románticos del pop latino.
Comenzada la obra, esta sensación busca hacerse evidente desde su paleta de colores, con una fuerte predominancia de tonos rosados, y pasteles llevada casi hasta el ridículo.
El vestuario y los objetos irán contando las relaciones e intenciones de los personajes mediante un código de colores.
La obra transcurre en el departamento de dos chicas jóvenes, (20 años aproximadamente), que conviven y las une un vínculo de amistad.
En escena habrá un sillón (rosa por supuesto), una pequeña mesa y encima de esta un teléfono, el cual será un elemento primordial dado la importancia que tiene este objeto en la vida de una mujercita.
Otros elementos del decorado terminarán de completarnos esa sensación; por ejemplo retratos de Marilyn Monroe y Andrea Del Boca.
A su vez, en este gran ambiente rosado, la iluminación desempeña un rol importante, reflejando los estados del ánimo y de la mente de cada personaje. No sólo el color, sino también la ubicación de las luces (algunas desde el piso) marcarán la diferencia entre lo real y lo onírico.
Estos cambios de ambiente se verán reforzados por la rotación de la escenografía, montada sobre una plataforma giratoria. En esta instancia se utilizarán principalmente luces de colores con sombras muy marcadas. La obra está dividida en 7 escenas, y al final de la mayoría de ellas, habrá un apagón.
Y la música seguirá teniendo un papel destacado. Teniendo en cuenta las capacidades musicales del elenco, una de las actrices tocará la guitarra en una de las escenas, la otra cantará una canción (acompañada desde un costado por
No hay comentarios:
Publicar un comentario